Guíñame el ojo y muérdete el labio,
quiero que sean mis labios los próximos que muerdas, y que ese guiño no quede suspendido en el aire...
Quiero que me lo des a mí, y que tras él se escondan palabras, palabras omitidas fáciles de interpretar.
Quiero que me vuelvas a abrazar, que me mires y que me digas otra vez al oído esas tres palabras en ese idioma tan seductor, que me hagas reir y segundos después sepas erizarme la piel.
tu me rends folle...
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